Feliz 02 de Noviembre!!! ñ.ñ
Aquí en México celebramos el día de los muertos, el cual está por supuesto dedicado a nuestros seres queridos que ya fallecieron, y ayer 01 de novimebre igual se celebra a los difuntos pero a los pequeñines, aquellas pequeñas almas que no tuvieron oportunidad de disfrutar el mundo.
En fin, para mí ésta es una de las mejores tradiciones que tenemos en México, en realidad se me hace una tradición muy bonita y de cierta forma familiar, a diferencia de Halloween que me parece una festividad muy comercial, grandes fiestas con ostentosos disfraces y niños que piden dulces; sí en México también hay fiestas de disfraces y los niños salen a la calle a pedir dulces en las casas cantando, pero aparte de eso, me parecen muy bonitos por ejemplo los altares de muertos, los cuales se dedican a algún familiar que ya falleció, en los altares se pone la fotografía del difunto, se adorna con flores de cempasúchil, papel picado, calaveras de azúcar, tambén se colocan algunas de las pertenencias del difunto, así como se colocan también sus platillos favoritos, velas, incienso, rosario, etc. etc. etc. los altares de muerto llevan muchísimas más cosas, y cada una de ellas tiene un significado, pero bueno, no daré mucha explicación del tema porque a decir verdad no sé mucho sobre el significado de cada uno de los elementos que constituyen un altar, habrá que investigar en internet o preguntarle a una persona mayor, lo que si sé es que son altares hermosos hechos con mucho cariño.
Y por supuesto también vamos al panteón a visitar a nuestros familiares, y llevamos algunos "regalos" a su tumba, flores, principalmente de cempasúchil, pero igual puede ser cualquier tipo de flor, depende de cada quién, llevamos alguno de sus platillos favoritos, etc. supongo que depende de cada familia lo que decida llevarle a sus difuntos.
El día de muertos es una marvillosa tradición mexicana, no sé como lo celebren en otros países de Latinoamérica, pero me encantaría conocer un poco sobre su cultura y tradiciones, así que me encantaría si alguno quisiera compartir las tradiciones en su país en comentarios, me alegraría mucho leerlos.
Ahora quiero compartirles una historia que escribí la semana pasada, en realidad es un trabajo escolar, me pidieron que escribiera un cuento de terror, y bueno ahora quiero compartirlo con ustedes, valoro más y me importan más sus comentarios y el que ustedes lo lean y lo que piensen de él, que la calificación que me puedan dar en la escuela.
Advertencia: Soy pésima escribiendo historias de terror, de miedo esto no tiene mucho, lo mío es escribir historias dramáticas, éste cuento me salió al tercer intento, porque las dos primeras historias e ideas que tuve tomaron un rumbo totalmente diferente y se fueron por lo dramático, no por lo terrorífico, pero bueno hice mi mayor esfuerzo, espero sea de su agrado.
"La Casa Del Pianista"
Sofía se despertó de un sobresalto a mitad de la noche, con el corazón acelerado y un frío sudor recorriendo todo su cuerpo, otra vez había tenido aquella horrible pesadilla, que en un principio parecía un bello sueño, una hermosa casa inundada por una melodía de piano, pero que al terminar la música, el sueño daba paso a una pesadilla donde ahora la casa era inundada de llamas y terror, y lo que más le inquietaba era el hombre que protagonizaba ese sueño; Sofía solía tener ese mismo sueño frecuentemente, pero sobretodo los primeros días de noviembre, cerca de su cumpleaños.
Faltaban unos cuantos días para el cumpleaños número 29 de Sofía, y como ya era costumbre de todos los años, días antes de su cumpleaños solía tener el mismo sueño aterrador cada noche. Desde que tenía uso de razón, Sofía siempre había sentido que le faltaba algo, sentía un gran vacío en su corazón, sentía que simplemente no estaba completa; 10 años atrás su madre había muerto de cáncer, ésta, en sus últimos momentos de vida, le confesó a su hija que en realidad ella no era su verdadera madre, Sofía era adoptada, aquella mujer a la que había conocido durante toda su vida como a su madre, la había encontrado cuando apenas era una recién nacida a la orilla del muelle de la ciudad donde vivían, su esposo era marinero y ese día emprendería un nuevo viaje, el cual canceló al ver lo que su mujer había encontrado en el muelle, se trataba de una pequeña bebita; reportaron lo sucedido a las autoridades, pero nunca se supo nada de los irresponsables padres que habían abandonado a su bebé, así que encantados y ya encariñados con la bebé, aquella pareja de esposos terminaron por adoptarla. Al conocer la historia, Sofía no tuvo ningún interés en sus padres biológicos, ellos la abandonaron, la dejaron en un muelle a su suerte, simplemente no la quisieron, para ellos, ella no existía, al igual que para ella, ellos tampoco; las personas que la adoptaron tal vez no le dieron la vida, pero si la criaron y amaron con todo su corazón, dedicaron su vida a ella, y esos para ella eran sus verdaderos y únicos padres, y siempre estaría agradecida con ellos. Ahora Sofía se preguntaba si ese vacío que siempre había sentido, esa sensación de no estar completa, se debía a las personas que la trajeron al mundo y no la quisieron, ya estaba cerca de los 30 años y toda su vida se había sentido incompleta, y cada año, esa sensación se intensificaba aún más.
Decidida a poner fin a esas sensaciones y pesadillas que toda su vida la habían atormentado, Sofía decidió investigar de donde venía y quienes eran sus padres; Sofía se dedicaba al periodismo, así que contaba con contactos y recursos de gran utilidad para realizar su investigación, más sin embargo la tarea sería difícil, ya en el pasado habían intentado encontrar a su padres sin éxito alguno, así que era como buscar una aguja en un pajar.
Tres días antes de su cumpleaños, Sofía volvió a tener la misma pesadilla, con la diferencia, de que al final, con su ya conocida sonrisa melancólica, el hombre le dijo:
- “Busca la casa de los Galliardi”
A la mañana siguiente, y haciendo caso a su sueño, Sofía Linares, continuó su investigación, esta vez buscando informes sobre la casa Galliardi, sorprendentemente no tardó mucho tiempo en encontrar gran cantidad de información, la cual no era precisamente un cuento de hadas, encontró tanto noticias, reportajes, investigaciones, etc. que en su mayoría no se llegaron a publicar debido al asunto del que se trataba.
La familia Galliardi fue una de las más importantes y adineradas hace 20 años, su fortuna provenía de negocios con la mafia, se dedicaban principalmente al tráfico y venta tanto de drogas como de armas, más sin embargo tenían una doble cara, en el pueblo donde vivían, los esposos Nicolás y Catarina Galliardi, no eran más que una pareja de honorables, humildes y respetables doctores, incluso eran muy queridos en su pueblo por su gran sencillez y amabilidad, por supuesto, en un pueblo tan simple y pequeño nadie imaginaría que esas personas aparentemente buenas se dedicarían en realidad a hacer negocios con criminales de gran poder. Hace 20 años, los esposos Galliardi hicieron un mal negocio que les costó la vida, mientras viajaban de vuelta a casa en un avión privado, éste explotó de la nada, nunca se conocieron las razones por las que el avión explotó pero se supuso que la explosión fue provocada por alguien de su círculo de negocios que quiso tomar represalias contra ellos; los causantes de dicho “accidente” no se conformaron con asesinar a los esposos Galliardi; Nicolás y Catarina Galliardi habían procreado a un único hijo, Julián, quien en ese entonces tenía apenas la tierna edad de 9 años, desafortunadamente la venganza no iba solamente dirigida a los esposos Galliardi, era hacia la familia completa, y eso incluía a su hijo. Mientras sus padres morían en una explosión de avión, el pequeño Julián se encontraba en casa con su tutor de piano, tomando sus adoradas clases de música, a pesar de su corta edad, Julián ya mostraba maravillosas habilidades que en un futuro lo llevarían a ser un gran pianista; esa tarde, la casa de los Galliardi fue invadida por unos hombres corpulentos y armados, que ocultaban su identidad con pasamontañas, en apenas unos instantes asesinaron al mayordomo y demás personal de servicio doméstico, destrozaron toda la casa, hasta llegar al tercer y último piso, precisamente en el bello salón de música donde se encontraba Julián practicando sus lecciones de piano, frente a sus los ojos asesinaron al igual que a los demás empleados a su tutor de música; aquellos hombres llegaron hacia su objetivo, tomaron bruscamente al pequeño Julián, el cual no tuvo si quiera oportunidad de reaccionar ante lo sucedido, lo golpearon hasta prácticamente destrozarle su pequeño cuerpo, a diferencia de los demás que murieron en el instante, la muerte de Julián no sólo fue cruel, sino también sádica y lenta, torturaron al pequeño hasta que se cansaron, le rompieron varios huesos a golpes, le hicieron severos cortes en su rostro mientras se burlaban de él, incluso le hicieron cortes en sus ojos, lo único que podía hacer el pequeño niño era llorar como nunca antes lo había hecho, el sufrimiento que estaba viviendo era indescriptible, ni sus más fuertes llantos y gritos estaban cerca de describir la pesadilla que estaba viviendo, el pequeño Julián pedía a gritos a sus papás, esperando que lo salvaran y protegieran como siempre lo habían hecho, pero sus papás no llegaron. Aquellos salvajes hombres terminaron con la vida del pequeño al esparcir gasolina por toda la casa y prenderle fuego, con todos las cadáveres ahí dentro y con el aún con vida cuerpo mutilado de aquel pequeño inocente.
Es así como desapareció la familia Galliardi, de la muerte de Nicolás y Catarina, sólo se informó sobre el aparente accidente de avión en el que viajaban, más sin embargo no se dieron a conocer los pormenores; y sobre la muerte de su hijo Julián, la historia se conoce gracias a los rumores de algunas personas del pueblo; la historia nunca se dio a conocer por falta de pruebas y por miedo a que se tomaran represalias a quien contara la historia y terminaran igual que la familia Galliardi, todos guardaron silencio, la verdad se enterró y aquella familia simplemente desapareció; en cuanto a la casa, o mejor dicho los restos de ésta, permanece en aquel pueblo, completamente abandonada, y es fuente de varias historias y leyendas, es considerada la casa embrujada de ese lugar, así como parte de la historia del pueblo.
Sofía no podía creer todo lo que acababa de leer lo que le ocurrió a aquella familia fue aterrador, en especial lo que le hicieron al pequeño Julián, quien era un pobre inocente que ni idea tenía de los negocios que mantenían sus padres con la mafia y que causaron sus muertes, entre los archivos venían anexadas algunas fotografía, algunas son de su casa, la cual era prácticamente una mansión, con razón es famosa y resalta entre aquel pueblo desconocido y apenas habitado, algunas fotos eran del antes y después del incendio, y Sofía pudo comprobar de que se trataba de la misma casa de sus sueños, era exactamente la casa con la que soñaba cada noche, en otras fotos aparecían los Galliardi con su hijo,
- “para tener negocios con la mafia parecían unos padres muy amorosos” – pensó Sofía.
Otra de ellas, era la fotografía del pequeño Julián, un niño angelical de grandes ojos color almíbar con un brillo especial en ellos, una nariz respingona y una dulce sonrisa, grande fue la sorpresa de Sofía al ver que aquel niño tenía en la parte derecha de su barbilla un lunar idéntico al que ella tenía; en su mente comenzaban a unirse las piezas de ese rompecabezas, un rompecabezas del que ya no estaba segura si quería terminar; con lágrimas en los ojos por lo que estaba descubriendo, Sofía fue en busca de una fotografía de cuando ella tenía 9 años y la comparó con la de Julián, ambos eran idénticos, mismos ojos, mismo color de cabello, mismas facciones, observó con más detenimiento nuevamente la fotografía de Julián con sus padres, ella al igual que Julián era realmente parecida a los señores Galliardi; todo fue demasiado para Sofía, le era imposible creer que esas personas eran su familia, todo era increíble, no lo soportó más y se desmoronó llorando imparablemente, deseando no haber iniciado esa investigación y no haber descubierto nada de los Galliardi. Sofía necesitaba ahora más que nunca de su familia, de su verdadera familia, aquella que la había criado y amado durante toda su vida, contactó a su papá quien se encontraba de viaje navegando, afortunadamente su barco se encontraba en muelle, por lo que logró contactarlo sin dificultad, le contó todo lo sucedido rompiendo nuevamente a llorar, su padre trató de consolarla, prometiéndole asimismo que volvería lo antes posible con ella, a Sofía normalmente no le gustaba preocupar a su papá y que interrumpiera sus viajes, pero esta vez realmente lo necesitaba, antes de despedirse de él, Sofía le dijo lo mucho que lo quería y cuanto significaba para ella, así como también que él era su verdadero y único padre; ese mismo día también fue visitar la tumba de su madre y estuvo un rato charlando con ella en sus pensamientos.
Esa noche volvió a tener el mismo sueño otra vez, esta vez el hombre, del que ahora estaba segura se trataba de Julián, le dijo mientras sonreía tristemente:
- “Pronto dejaremos de protagonizar esta pesadilla, ponerle punto final a esta historia depende de ti; ven a casa conmigo”.
Después del sueño, Sofía no pudo volver a conciliar el sueño, permaneció despierta el resto de la noche hasta el amanecer, pensando si debía o no hacer caso a su sueño e ir a conocer aquella casa, después de todo ya se había enterado de lo peor y realmente quería terminar con todo eso, así que se decidió a emprender un viaje a aquel pueblo donde se encontraba la casa de Julián.
El pequeño pueblo se encontraba realmente lejos de la ciudad donde vivía Sofía, le tomó un día de viaje por carretera llegar hasta allí, incluso le tocó dormir en su propio coche, y al amanecer continuar con su viaje. Mientras más se acercaba a su destino notó como el cielo era invadido por nubes cada vez más negras y un fuerte viento que avisaba la venida de una gran tormenta; finalmente llegó a su destino y no le costó mucho trabajo encontrar lo que buscaba, la gran casa de sus sueños y que había visto en fotografías se venía a lo lejos en la cima de una colina, tampoco le costó mucho llegar ahí, pues el pueblo era realmente pequeño y había un camino que conducía hasta la gran casa que se encontraba en ruinas.
Con tantas emociones vividas, Sofía había olvidado por completo que ese día era su cumpleaños. Al llegar y bajar de su coche para luego acercarse a la gran entrada de la casa, un fuerte viento alborotó su cabello, al mismo tiempo que escalofríos recorrían todo su cuerpo, Sofía estaba realmente aterrada de estar en aquel lugar, pero ya había llegado demasiado lejos como para arrepentirse, tenía miedo pero algo le decía que tenía que entrar y descubrir la última de las verdades, poner la última pieza del rompecabezas.
No supo cuanto tiempo transcurrió desde su llegada y estuvo frente a la puerta pensando en lo que podría encontrar, hasta que Sofía por fin decidió empujar la gran puerta y adentrarse en la casa; la primera planta no eran más que escombros, las paredes, el suelo, los muebles, todo se encontraba quemado, más sin embargo era de gran amplitud, varios salones conformaban esa sección de la casa, en el segundo piso, el cual por su estructura supuso fueron alguna vez las habitaciones, encontraba en las mismas condiciones que la planta inferior, y por último estaba el tercer piso, el lugar donde se desarrollaba su pesadilla de todas las noches y donde supuestamente murió Julián.
Cuando subía las escaleras que la dirigían al tercer piso, mientras más se acercaba, podía escuchar con mayor claridad una hermosa y melancólica melodía de piano, la misma de sus sueños y la misma que lograba de alguna manera hipnotizarla con sus suaves notas, sin pensarlo, siguió subiendo guiada por aquella música de piano, cuando menos se dio cuenta ya se encontraba en el tercer piso, parada en la entrada de aquel enorme salón, con unos grandes ventanales que proporcionaban una maravillosa vista del pueblo, contemplando al dueño de aquella melodía que se encontraba de espaldas a ella, al excelente pianista, al que debía ser Julián. Era curioso que ese salón no pareciera haber sido incendiado como el resto de la casa, al contrario estaba muy bien cuidado, con una bella decoración de estilo romano, y el pianista al igual que su instrumento pulcros e impecables; aquel hombre terminó de tocar el piano y Sofía salió del especie de trance al que había entrado, ahora se preguntaba si seguiría sucediendo lo mismo que en sus sueños, y cuando el hombre se diera la vuelta, él se deformaría y todo a su alrededor ardería en llamas; afortunadamente eso no sucedió, el hombre se dio la vuelta, y sí, tenía horribles marcas en el rostro, tanto cortes como quemaduras y se tambaleaba como si su cuerpo no fuera capaz de sostenerlo, pero lejos de causarle miedo, Sofía se sintió realmente cómoda con él, y por primera vez en su vida no sintió ese gran vació que la había acompañado durante sus ya 29 años; ambos se miraron fijamente y se acercaron el uno al otro, eran prácticamente idénticos, misma estatura, mismos ojos color almíbar, misma nariz, la misma boca, y ese peculiar lunar en la barbilla situado exactamente en el mismo lugar, el primero en hablar fue él:
- Hola, soy Julián – se presentó tímidamente
- Hola, me llamo Sofía – se presentó ella de igual manera
- Me alegra que estés aquí, te necesitaba, y más aún cuando mis papás no volvieron de su viaje, dijeron que regresarían pronto y escucharían mi nueva composición, he estado practicando desde entonces para sorprenderlos, me encanta tocar el piano – dijo Julián con una dulce sonrisa – Incluso cuando aquellos hombres malvados terminaron con mi cuerpo, - continuó mientras su sonrisa se desvanecía ante aquel recuerdo - yo seguí practicando, yo vivía y sigo viviendo a través de la música y eso no me lo pudieron arrebatar, además quería al menos conocerte, y valió la pena la larga espera.
- ¿Me estabas esperando? – preguntó Sofía, se sentía realmente confundida, ya ni siquiera estaba segura si lo que estaba sucediendo era realidad o era uno más de sus sueños.
- Sí, siempre sentí que me faltaba algo, siempre me sentí incompleto, como si me hubieran partido a la mitad, y tú, mi otra mitad permanece en este mundo así que yo también, tal vez nuestros padres nos separaron físicamente al nacer, pero no separaron nuestras almas, ellas nacieron juntas e incluso después de mi muerte física crecieron juntas.
- ¿Tú sabías de mi existencia?, ¿Sabías que éramos mellizos?, ¿Qué tus padres no me quisieron y me abandonaron?
- Lo supe cuando le arrebataron la vida a mi cuerpo – contestó tristemente Julián – no conozco las razones por las cuales fuimos separados, pero realmente lo siento, me hubiera encantado compartir nuestra infancia juntos, pero al menos tu vida no acabó como la de mis papás y la mía, tú te salvaste y tuviste unos maravillosos padres amorosos.
En eso Julián tenía razón, y a pesar de todo, Sofía se sentía realmente afortunada de su vida.
– Lamento todo lo sucedido, yo también me he sentido toda mi vida incompleta, de hecho esta es la primera vez que no siento el gran vacío en mi corazón –
- Yo igual, ahora que te conocí creo que por fin podré irme en paz.
- Apenas nos conocemos y ya te irás – se apresuró a decir Sofía al escuchar a su hermano.
- Se supone que debí haberme ido hace mucho tiempo junto con mi cuerpo, una vez que nos separemos, todo esto desaparecerá como se supone que debió haber sucedido, esta casa y yo desapareceremos por completo – contestó Julián al tiempo que se dirigía hacia su querido piano y le daba la espalda nuevamente a Sofía.
- Espera, dijiste que yo le iba a poner punto final a esta historia, no que tú lo harías y simplemente te irías dejándome nuevamente incompleta, nuestras almas nacieron juntas y aún a pesar de la distancia crecieron juntas, y de igual manera partirán juntas.
- Pero yo no me puedo quedar por más tiempo…
- Pero yo si me puedo ir contigo – lo interrumpió Sofía
- ¿Harías eso por mí? – preguntó un ilusionado Julián
- Lo haría por nosotros – contestó ella.
Julián le dedicó la más dulce y angelical de las sonrisas a su hermana, se tomaron de las manos y efectivamente su pesadilla terminó, la casa comenzó a incendiarse y desmoronarse, pero esta vez ninguno de los dos tenía miedo, por fin aquellos mellizos estaban juntos, como siempre debió haber sido.
Los habitantes de aquel pueblo estaban atónitos ante la repentina desaparición de “la casa embrujada” y con dicho hecho confirmaron aún más el nombre que le habían puesto, un segundo estaba ahí y al siguiente la casa simplemente se fue desvaneciendo hasta desaparecer, al igual que el cielo gris que durante años había cobijado aquel pueblo, algunos ojos vieron por primera vez en mucho tiempo la luz, y algunas almas igual se iluminaron por primera vez, aquéllas almas que por fin se habían unido y partido a algún lugar donde pudieran estar juntas.
No hubo explicación razonable a lo sucedido, prácticamente la oscuridad y tristeza se habían marchado del pueblo; los curiosos fueron hacia donde alguna vez estuvo la gran casa de la colina y lo único que encontraron fueron unas partituras de piano tituladas: “A mi alma hermana” escritas por Julián Galliardi y dedicadas a su hermana gemela Sofía, las hojas tenían escrita la fecha del 5 de noviembre, fecha de ese día, pero era de 20 años atrás.
Desde entonces cada 5 de noviembre, se escucha en la colina, aquella melodía de piano escrita en las partituras encontradas, y con ello surgieron nuevas leyendas e historias sobre un pianista y su hermana, todas diferentes y todas tan lejanas a la realidad de aquéllos hermanos.